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El Paleolítico o Edad de Piedra Antigua
Es una etapa de la Prehistoria que se caracteriza por la utilización de utensilios de piedra tallada. El Paleolítico es la etapa más larga de la Historia del Hombre, puesto que se extiende desde hace unos 2.500.000 hasta aproximadamente 10.000 años atrás.
El concepto Paleolítico proviene de los términos griegos paleos, que significa antiguo y de litos, que significa piedra. Además, el Paleolítico se divide en tres fases: el Paleolítico Inferior, el Paleolítico Medio y el Paleolítico Superior.
Paleolítico Inferior
El Paleolítico Inferior es la fase más larga de la Edad de Piedra Antigua
se extiende desde hace aproximadamente dos y medio millones de años y dura hasta 120.000 años atrás. En esta fase, los científicos estiman que aparecieron los primeros utensilios de piedra ocupados por los homínidos, los que habían aparecido sobre la superficie terrestre quinientos mil años antes, estableciendo los más primitivos grupos humanos: los Australophitecus y los Homo Habilis.
Según los prehistoriadores, los Australophitecus vivían en las orillas de los lagos, lugares donde encontraban medios para asegurar su subsistencia. Los Homo Habilis, se estima, vivieron en las cercanías de los ríos y son reconocidos por los restos de piedras distribuidas en forma circular, las que se consideran como señales de las primeras habitaciones humanas.
Las principales características del Paleolítico son el dominio de los homínidos de piedras lascadas, con filo, que utilizaban para cortar los alimentos, y como armas de caza. Posteriormente, hacia el año 400.000 aparecen las primeras hachas, las que eran bifaciales (con dos caras) y poseían mangos de madera.
Los habitantes del Paleolítico Inferior se organizaban principalmente en bandas nómadas, que se dedicaban a la caza y la recolección; además, lograron domesticar el fuego, pero practicando la cocción de los alimentos sólo tardíamente.
Según los prehistoriadores, los Australophitecus vivían en las orillas de los lagos, lugares donde encontraban medios para asegurar su subsistencia. Los Homo Habilis, se estima, vivieron en las cercanías de los ríos y son reconocidos por los restos de piedras distribuidas en forma circular, las que se consideran como señales de las primeras habitaciones humanas.
Las principales características del Paleolítico son el dominio de los homínidos de piedras lascadas, con filo, que utilizaban para cortar los alimentos, y como armas de caza. Posteriormente, hacia el año 400.000 aparecen las primeras hachas, las que eran bifaciales (con dos caras) y poseían mangos de madera.
Los habitantes del Paleolítico Inferior se organizaban principalmente en bandas nómadas, que se dedicaban a la caza y la recolección; además, lograron domesticar el fuego, pero practicando la cocción de los alimentos sólo tardíamente.
Paleolítico Medio
El Paleolítico Medio es una fase menos extensa que el Paleolítico Inferior y va desde los 120.000 años de antigüedad hasta 40.000 años atrás. Su principal característica es la aparición de las denominadas puntas de proyectil en lanzas y flechas.
Los grupos humanos se organizaban en bandas nómadas y seminómadas, que se especializaban en la recolección y la caza. Se estima que es en esta fase donde aparecen las primeras muestras de lenguaje, fruto de la evolución biológica y producto de la necesidad de establecer convenciones para denominar diversos elementos que se estaban convirtiendo en fundamentales para la vida de los primeros hombres (el fuego o la caza). Además, los científicos plantean que en el Paleolítico Medio aparecen las primeras manifestaciones religiosas, debido al hallazgo de osamentas enterradas con cortejos fúnebres, las que señalan como pruebas de las primeras creencias religiosas y el desarrollo de la capacidad de simbolización.
Paleolítico Superior
El Mesolítico
Es una fase de transición entre el Paleolítico y el Neolítico, y su nombre proviene de los términos griegos mesos: medio y litos: piedra, que quiere decir Edad Media de Piedra. Esta fase se extiende entre los años 10.000 y 8.000 de antigüedad.
El Mesolítico se divide en dos fases: Epipaleolítico (fase final del Paleolítico Superior) y el Protoneolítico (período inmediatamente anterior al Neolítico). Estas se diferencian por el cambio de una actividad económica basada en la caza y la recolección, a otra actividad orientada hacia el pastoreo y la cría de animales.
Se considera que las transformaciones provocadas por los deshielos producto de la finalización de las glaciaciones, acabaron con la megafauna y provocaron el desarrollo de nuevas especies vegetales y animales; por ello, se estima que en esta etapa se produjo una reorganización de los grupos humanos y de sus modalidades de subsistencia. Así como los hombres del Paleolítico Superior, los habitantes del Mesolítico se dedicaron a la caza, a la recolección y a la pesca, pero las debieron desarrollar bajo condiciones climáticas menos ventajosas, debido al efecto de las glaciaciones.
El aumento del nivel del mar, ocasionado por los deshielos, provocó la inundación de las tierras costeras y las bandas de homínidos debieron replegarse hacia el interior del continente; por otro lado, la subida de las temperaturas post glaciación generó la desaparición de varias especies de grandes mamíferos (entre ellos el mamut), y las que lograron sobrevivir emigraron hacia las tierras del norte, desviando una importante fuente de recursos de caza con los que contaban los hombres del Mesolítico. Los cazadores tuvieron que orientar su actividad hacia pequeños animales, como los cerdos salvajes o los ciervos, cuya caza resultaba complicada en comparación con la de los grandes herbívoros ya extinguidos.
Los hombres del Mesolítico eran nómadas estacionales, es decir se mudaban de un lugar a otro de acuerdo a la estación; de hecho, se han encontrado restos de asentamientos de verano y otros de invierno. No obstante, en las zonas costeras que ofrecían alimento durante la totalidad del año, se han detectado asentamientos permanentes.
Como señalamos, las dificultades para practicar la caza llevaron a los hombres del Mesolítico a perseguir a pequeños animales como conejos, liebres, zorros, gatos monteses, lo que les hizo reemplazar las lanzas para cazar grandes animales, por flechas con trabajadas puntas. Pronto, también, desarrollaron técnicas para cazar basadas en el encerramiento de las presas en empalizadas de madera; de esta forma se convirtieron en pastores y establecieron las primeras chozas o habitaciones humanas en las orillas de los cursos de agua, abandonando las cuevas y cavernas.
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